22/03/2009
Escrito para alguien que apreciare y querre por siempre por todas las enseñanzas que me dejo gracias.
La tarde de nubes te reconoce a ti
y propone construir pretextos para poder sentir,
pero como competir con la sabiduría que emana de su amanecer,
a lo mejor viendo el atardecer que la hace florecer,
más la causa de esta presente absorbe al escritor,
talvez por que el viento hace el intento de soplar a favor,
más no me ha dicho a donde dirigir la respiración
para no equivocar tú esencia,
tú, la rosa mojada de paz
de donde aflora la vida,
más que privilegio haberte susurrado
y comprobar la belleza que se hace presa
de tu ser.
Tardes de claridad
reconocen a la humanidad convertida en una,
la divina risa tu amanencer,
ah que escultor regazo el que el escritor no ha conocido,
más reposa sobre el amanecer de una bella rosa,
aquella que un tiempo fue olvidada por la no conjunción,
más que bella constante se retiraría de ti,
la ecuación resuelta para vivir,
la paz aun sin morir.
Aquel ocaso reconoce a la ventana
abierta de par en par por el mar,
más me atraso por la estrella que ha dicho bella
a luz que ilumina el sincero camino,
y recorro su brillo sobre aquel pétalo
convertido en rosa, clara y sin prosa
que concluyo con la maravillosa enseñanza
de la esperanza convertida en ti
la locura del existir , la magia del alelí.
ALEX
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