Días y días me pregunto como empezar sin repetir lo mismo,
es acaso que el diario de la vida no puede ser composición;
y salir a flote la pasión con cultura,
esa que se obtiene según los filósofos en la alta,
concepto que no entiende a la escritura sin estudio,
ni al pensamiento ilógico sin base,
que sencillo es expresarse sin estudio y sin base,
y que difícil es palabrear cuando te alejo de los días,
es como estructurar sin sentir cultura,
esa que no la tengo porque tú la formabas con solo hablar,
y contengo a la ansiedad en cada momento,
es como que la abstinencia se va convirtiendo en mi deficiencia,
y descubro que no fue tu inocencia la que me dejo,
sin tu presencia sino mi independencia,
esa que en mucho tiempo ha encontrado
en espacio la paciencia, no la experiencia, de convivir sin latir,
un sentimiento que la independencia no puede concebir en sus papeles,
esos que se firmaron mucho tiempo atrás,
sin llegar a pensar lo que podía pasar,
y ahora aquí trato de romper la estructura,
sin mayor posibilidad de encontrar a una botella de tiempo,
ese que se me esta acabando desde la primera palabra escrita,
y el espejo no me explica como me convertí en un mediador de palabras desechables,
aquellas que no llegan ni a oración menos aun a una composición,
aquella que por no tener estudio no entiende;
ni la primera versificación y aun menos la pasión con canción,
pero lo único que si entiende es que se ha llevado un corazón;
que aun con toda su independencia,
tú fuiste su dependencia con toda tu inocencia;
y con toda esta cultura sin ti,
espero a la locura en mi eterna meditación;
bajo un amanecer estrellado,
y con una luz detrás de mis palabras.
O. A. M. L.
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